El deshielo del permafrost: la amenaza del fango prehistórico

29 de Enero, 2020
Artículo de We Are Water Foundation
Foto: © Boris Radosavljevic

El deshielo del subsuelo de las tierras árticas es un factor que preocupa cada vez más a los científicos. 19 millones de kilómetros cuadrados de tierras boreales y alpinas son un importante sumidero de carbono que la humanidad no puede perder en su lucha contra el calentamiento atmosférico. Además, sobre esta capa helada viven 35 millones de personas que ven en peligro la estabilidad del suelo donde se asientan sus casas y pueden exponerse a microorganismos que han permanecido en “hibernación” durante milenios.

El permafrost era un término popularmente poco conocido hasta que la ola de calor y los incendios forestales de los dos últimos veranos en amplias zonas cercanas al círculo polar, como Alaska, Escandinavia y Rusia, impactaron en los medios de comunicación. Las alarmas por los incendios dieron pie a que se divulgaran recientes estudios científicos que demuestran que el permafrost, el subsuelo helado de las zonas más boreales y de las montañas más altas del planeta, se estaba descongelando aceleradamente a causa del aumento de la temperatura atmosférica.

Geólogos y climatólogos advierten de que, de forma similar a la del hielo del casquete ártico y de los glaciares alpinos, el planeta está perdiendo un elemento clave en el equilibrio medioambiental y en la lucha contra el incremento de los gases de efecto invernadero.

En el pasado COP25 de Madrid, uno de los documentos de trabajo ha sido el Special Report on the Ocean and Cryosphere in a Changing Climate presentado el pasado verano por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change). El documento explica que las temperaturas del permafrost han aumentado a niveles de récord desde 1980 y previene de que esta capa helada de las zonas árticas contiene entre 1.460 y 1.600 gigatoneladas (mil millones de toneladas) de carbono orgánico, casi el doble del carbono que hay actualmente en la atmósfera. De consumarse su pérdida, se puede acelerar el calentamiento atmosférico a niveles imprevisibles.

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